Fábricas en el suroeste de China cerraron, luego de que las represas usadas para generar energía hidroeléctrica se vieran sin agua suficiente debido a una sequía que empeora, una nueva complicación económica, mientras el presidente Xi Jinping se prepara para prolongar su mandato.
Varias firmas de Sichuan, entre las que había fabricantes de paneles solares, cemento y fertilizantes, cerraron o redujeron su producción, tras recibir orden de racionar la energía durante cinco días.
El nivel de agua en los embalses había bajado, al tiempo que subía la demanda de energía para aire acondicionado debido a las altas temperaturas.
"Dejen la energía para el pueblo", decía una orden del gobierno provincial.
Zonas del centro y el norte del país tomaron medidas de emergencia para asegurar los suministros de agua potable, ya que en verano había llovido la mitad de lo normal.
Cientos de miles de hectáreas de cosechas en el centro y el norte se marchitaron, debido a la escasez y la ola de calor. Algunas zonas dieron por perdida la cosecha de verano.
En Sichuan, donde viven 94 millones de personas, el agua en las represas cayó en casi la mitad este mes.
El gobierno asignó 280 millones de yuanes a ayuda para la sequía en las provincias de Hebei y Shanxi, la región de Mongolia Interior, y la provincia nororiental de Liaoning.
Los cierres aumentan los desafíos para el Partido Comunista, mientras Xi se prepara para romper la tradición y otorgarse un tercer mandato de cinco años como líder.
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